Qué son los probióticos, para qué sirven y cómo tomarlos
"Todas las enfermedades empiezan en el intestino", dijo Hipócrates, el padre de la medicina moderna. Muchos siglos después, sabemos con más claridad científica que estas palabras son ciertas, puesto que el desequilibrio del microbioma intestinal afecta nuestra salud general, desde una correcta digestión hasta el bienestar mental.
En los últimos tiempos se oye hablar mucho de los probióticos y su suplementación ha aumentado notablemente. Sin embargo, ¿sabemos qué papel tienen los probióticos en nuestro intestino? ¿Por qué son fundamentales para nuestra salud los microorganismos que conviven en simbiosis con el ser humano?
Hoy queremos aclarar cualquier duda sobre bienestar intestinal y ofreceros información contrastada sobre las bacterias beneficiosas que de manera natural viven en el interior de nuestro cuerpo. ¡Sigue leyendo!
¿Qué son los probióticos y los prebióticos?
La FAO/OMS define los probióticos como “microorganismos vivos que confieren efecto beneficioso para la salud del hospedador, cuando se administran en cantidad adecuada”. En microbiología, los probióticos se miden en unidades formadoras de colonias o UFC para la cuantificación de microorganismos.
Para subsistir, estas bacterias alcanzan nuestro intestino, debido a su pH cercano a la neutralidad y a la disponibilidad de su comida, los prebióticos. Estos últimos están definidos por la World Gastroenterology Organisation (WGO) como “sustancias de la dieta (fundamentalmente polisacáridos no amiláceos y oligosacáridos no digeribles por enzimas humanas) que nutren a grupos seleccionados de microorganismos que habitan en el intestino favoreciendo el crecimiento de bacterias beneficiosas sobre las nocivas”.
Los prebióticos más estudiados son la inulina y los fructooligosacáridos , y se encuentran de forma natural en algunos alimentos, como la alcachofa o las legumbres, o añadidos en suplementos con probióticos como Probiótico & Prebiótico y Symbiotics 150.
Beneficios de los probióticos
Desde tiempos inmemoriales se ha atribuido a estos microorganismos un papel fundamental para la salud, ejerciendo una labor necesaria en nuestro cuerpo. En 1908, el microbiólogo Elie Méchnikov, Premio Nobel de Fisiología o Medicina, postuló por primera vez la importancia del consumo de leche fermenta con la especie Lactobacillus para mantener la salud y prolongar la vida. Desde entonces, se han producido innumerables estudios científicos que avaloran la necesidad de cuidar de la salud de nuestra microbiota.
Los probióticos ayudan a prevenir problemas como obesidad, colesterol alto e hipertensión, contribuyendo a la absorción de nutrientes, como vitamina B, calcio y hierro. Una flora intestinal sana regula de forma eficiente el tránsito intestinal y mejora la digestión ayudando a combatir acidez, estreñimiento y diarrea. Además, favorece la prevención de la inflamación intestinal y de enfermedades intestinales como el síndrome del intestino irritable.
Una microbiota saludable fortalece el sistema inmunológico aumentando la producción de macrófagos. Distintos estudios apuntan a la importancia de una flora intestinal saludable para combatir enfermedades como cáncer, candidiasis, hemorroides e infección urinaria.
Otro beneficio, no menos importante: ¡una microbiota sana ayuda a mejorar el humor! Hay evidencias científicas que demuestran la relación directa entre el equilibrio de la flora intestinal y la disminución de enfermedades como la depresión y la ansiedad.
¿Qué produce un desequilibrio del microbioma?
Una flora intestinal sana y rica en probióticos comienza a formarse desde el nacimiento. A partir de los 3 años, se pueden producir alteraciones en el microbioma por distintos aspectos del estilo de vida o por cambios dietéticos.
Hoy en día sabemos que, para proporcionar los beneficiosos de los microorganismos en el hospedador, las bacterias probióticas deben sobrevivir a lo largo del tracto gastrointestinal y, posteriormente, adherirse al epitelio intestinal. Es por ello que, en muchos casos, sus condiciones de vida se ven alteradas y deben administrarse como suplementos.
¿Cómo tomar probióticos?
Es recomendable consumir con regularidad probióticos naturales, presentes en numerosos alimentos fermentados, como kombucha, kéfir, yogur, choucroute, kimchi y miso. Para el crecimiento de los microorganismos del microbioma, es necesario además incluir en la dieta los prebióticos, que se encuentran en numerosos productos de la huerta, como fruta, legumbres y vegetales ricos en fibra.
Muchos aspectos del estilo de vida moderno, desde el uso antibióticos hasta la toma de alimentos con conservantes, afectan al microbioma y debilitan la barrera intestinal. Por ello, es aconsejable tomar un suplemento probiótico y realizar un tratamiento de choque que suporte la diversidad de la flora intestinal.
Symbiotics 150 B UFC: un tratamiento de choque efectivo
Nuestra marca ofrece las mejores formulaciones con probióticos del mercado: Probiótico & Prebiótico, Probiodigest y Symbiotics 150. La última adquisición de nuestro catálogo es Symbiotics 150 B UFC en 90 cápsulas, un tratamiento de choque muy efectivo para la flora intestinal gracias a su alta carga de probióticos de 150 mil millones de UFC provenientes de 20 cepas.
Symbiotics 150 ayuda a regular el tránsito intestinal y reduce los gases. Su fórmula de probióticos con prebióticos está enriquecida con zinc, un potente antioxidante que favorece el sistema inmune.